"En efecto. Vivimos una crisis del sistema donde todo está interconectado. La crisis es financiera, económica, climática, alimentaria, migratoria. Una crisis que toca la gestión mundial, porque no hay ninguna institución mundial que goce de real credibilidad. El G20 no es más legítimo que el G8. Y las Naciones Unidas no logran jugar el rol previsto por su Carta.

Es verdad que esta crisis es el producto del avance de la desregulación, pero está también ligada al mismo sistema. El mensaje del FSM deberá ser aún más claro que cuando nació hace 10 años. Subrayar la necesidad de la globalización de la resistencia y de las alternativas para proponer un sistema alternativo al sistema capitalista patriarcal globalizado.

Los que se reúnen en Davos siguen por el momento con la capacidad de lanzar ofensivas contra los “de abajo”. Estos, están poco a poco superando su fragmentación –aunque con dificultades- para progresar en la dirección de ofrecer una alternativa global que es más que necesaria. Y pienso que la solución no pasa por reformar el actual sistema sino claramente contra éste."

Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. Foro Social Mundial (FSM)

lunes, 28 de febrero de 2011

La rebelión árabe y la revolución permanente

En resumen, los comunistas apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra el régimen social y político existente”
IV Actitud de los comunistas ante los diferentes partidos de oposición, Manifiesto comunista, Marx y Engels

Antes de empezar quisiera destacar la lección de humanidad, sensibilidad y solidaridad que nos está dando el pueblo árabe a esta vieja Europa y al socialismo latinoamericano, ese mismo pueblo árabe que nos han vendido como extremista y terrorista, que aún en la adversidad de la situación de sus propios países son capaces de ofrecer ayuda a los desplazados provenientes de Libia con los pocos medios que tienen, sin quejarse.

Asisto estupefacto a como un dogma se extiende y contamina toda concepción marxista respecto a Libia, porque la causa a defender es la de “Gaddafi es nuestro hombre”. En estos últimos días he leído, escrito, reflexionado y debatido; y cuando se analiza en profundidad la teoría de la conspiración en Libia al final se llega a un muro infranqueable. A saber, si la OTAN entrara en Libia “Gadafi sería nuestro hombre, todo es un montaje organizado por el imperio para derrocarlo y hacerse con el petróleo libio”.

Analicemos primero los postulados de esta teoría de la conspiración para intentar llegar al fondo de la cuestión, la defensa a toda costa del nacionalsocialismo (como llamaba Trotsky a los postulados de Stalin, el socialismo en un solo país [1]) haciendo uso para ello de la causa antiimperialista.

Libia es otra Venezuela” [2]. El análisis de la teoría de la conspiración comienza con el petróleo. Como todos sabemos Libia es un gran productor de crudo y por lo tanto susceptible de ser controlada y/o invadida por el imperio. Por ello interpretan que todo lo que está ocurriendo en Libia obedece a un complot del imperio para hacerse con el control del petróleo libio. ¡Como si las multinacionales del petróleo no estuvieran ya en suelo libio! ¡Como si Gadafi no hubiera estado garantizando en la zona la estabilidad del imperio!

¿Pensáis realmente que lo que se está montando en Libia se monta desde fuera? ¿Pensáis realmente que todo lo que se está montando en el mundo árabe, no solo en Libia, se monta desde fuera? ¿Pensáis que Libia es distinto del resto de los países árabes? ¿Las revueltas en Iraq también son promovidas por el imperio? ¿Qué está buscando el imperio en Iraq con las revueltas contra sigo mismo? ¿Estáis intentando defender que todo lo que pasa en el mundo árabe es distinto a Libia? ¿O por el contrario estáis defendiendo que todo lo que pasa en el mundo árabe es un complot mega mundial?

Responder a todas estas preguntas haciendo uso de la citada teoría de la conspiración solamente llega a un punto, a la contradicción y al absurdo. No reconocer las causas globales que están entrando en juego en Libia nos lleva a la teoría de la conspiración y al error. El pueblo Libio se alza en su ámbito local por causas en su mayoría globales, alza de los precios de los alimentos, paro, falta de futuro de la juventud, ausencia de derechos sociales. Es una rebelión de los árabes en contra de sus sistemas semi feudales por razones esencialmente globales.

Otro postulado viene a afirmar que la manipulación de la información proveniente de Libia demuestra la mano del imperio en un plan magistral para hacerse con el petróleo de la zona [3]. Es obvio que los países occidentales intentan posicionarse junto con el caballo ganador, una vez que han comprobado que el régimen libio no iba a poder reprimir las revueltas. Es obvio que una vez apostado por el caballo ganador van a intentar alinearse con él, manipular la información en su beneficio e interferir todo lo posible en el proceso que se está abriendo ahora en Libia. Pero todo esto no demuestra ningún plan. Demuestra que son más inteligentes, versátiles y rápidos que la izquierda europea y latinoamericana en posicionarse. Es más, en esta deriva de diferenciar Libia de Túnez y Egipto, se ha llegado a afirmar que el resto de rebeliones han sido pacíficas, lo cuál es más absurdo todavía [4]. Sin embargo, las noticias que nos llegan desde Libia son que los “rebeldes” no van a aceptar una intervención extranjera [5], información no sospechosa de ser manipulada por el imperio.

La bandera de la causa antiimperialista no es nuestra bandera, hacemos uso de ella pero no es nuestra bandera. Tenemos nuestra propia bandera, la del proletariado. Antiimperialismo es distinto que socialismo. Antiimperialismo no es construcción del socialismo [6]. Y es que tengo la extraña sensación de que ciertos silencios esconden detrás visiones y posiciones nacionalsocialistas, que se verían en entredicho si las revueltas actuales se convirtieran en una revolución global árabe. Algunos sillones se volverían tremendamente incómodos.

Llegados a este punto cabe preguntarse entonces ante qué tipo de revoluciones estamos, a donde nos pueden llevar y cual es el papel del proletariado árabe.

En primer lugar, aún con la cantidad de humo y polvo que existe todavía en el aire y que nos impide ver con claridad la situación, parece haber un patrón común en todas las revueltas árabes, y Libia no es distinta, a saber, reivindicaciones democráticas. Estamos ante revoluciones democráticas. Para centrar la situación, partimos de sistemas cuasi feudales (al menos no han “disfrutado” aún de una democracia liberal al uso) en donde ha estallado una ola de revoluciones democráticas, que aplicadas al contexto particular de cada nación nos dan las situaciones distintas que actualmente existen en Túnez (sin rumbo), Egipto (tutela del ejercito) y Libia (represión). No voy a entrar en el debate de si el proletariado está al frente o no de las manifestaciones, si está más o menos organizado, o si tardará más o menos en organizarse. Lo que debe quedar claro es que hay una ausencia total de oposición organizada, incluyendo una oposición burguesa y liberal, y desde un punto de vista marxista, la única clase que parece capaz de organizarse y satisfacer las demandas democráticas de la población es el proletariado (uniéndose para ello con otros colectivos más numerosos), la única verdaderamente revolucionaria.

En segundo lugar me gustaría señalar que no es la primera vez que ocurre, hace ya 94 años pasó algo parecido en Rusia, una revolución democrática en febrero de 1917 ponía fin al sistema zarista. Y como entonces, estamos asistiendo a rebeliones contra los gobiernos provisionales establecidos, caso de la reciente dimisión del primer ministro tunecino a causa de la presión en la calle árabe [7], o las continuas manifestaciones en Egipto. Y comparo la situación del norte de África y Oriente Medio con la Rusia de principios del siglo XX con total conocimiento de causa, pues, a pesar de las diferencias, partimos de sistema autocráticos, sin una oposición burguesa organizada, y con una población empobrecida. Siguiendo con este razonamiento, y si los postulados de Trotsky de la revolución permanente [8] se cumplen en esta ocasión, no es descabellado pensar que la izquierda revolucionaria árabe consiga organizarse y lo que ha empezado siendo una revolución democrática acabe derivando interrumpidamente en una revolución socialista y proletaria.

En tercer lugar cabe destacar el carácter global de las rebeliones que estamos presenciando. Intentar plantear la cuestión país a país, contexto a local a contexto local, bajo mi punto de vista es un error, pues las causas son esencialmente globales; crisis sistémica, subida del precio de los alimentos, paro, falta de futuro, ausencia total de derechos sociales;  todas ellas comunes a todos los países árabes. El capital se ha globalizado, globalizando consigo sus propias contradicciones pero también globalizando consigo nuevos elementos y medios de lucha. No hay que desdeñar la importancia de internet y las redes sociales en los levantamientos, pero solamente son el medio de comunicación global, en una rebeldía global (al menos en el contexto árabe), dentro de un capitalismo global, inmerso en una crisis global. Nuestros países occidentales, “democráticos”, son la minoría burguesa explotadora del mundo que condena a la pobreza y a la miseria a la mayoría de los seres humanos de este planeta. No cabiendo esperar que la burguesía se rebele contra si misma, estamos asistiendo a la constatación de una rebelión de sur a norte, de los países subdesarrollados hacia los países desarrollados. Desde un punto de vista global todo parece tener más sentido, aunque reconozco que es demasiado pronto para hablar de revolución árabe, y menos aún de revolución global.

En contraposición al razonamiento que he intentado exponer en este artículo, solamente he encontrado miedo. Miedo a la mano imperialista. Miedo a las tribus libias. Miedo a la intervención de la OTAN. Miedo a la situación de incertidumbre. Miedo a la revolución. Miedo al cambio. Olvidemos el romanticismo de las revoluciones. Las revoluciones son duras, tremendamente violentas, inciertas, crueles y dolorosas. Pero no tengamos miedo al poder de cambio de una revolución pues los que tienen que tener miedo son otros.

Visto que es uso común manipular con el miedo, voy a intentar hacerlo con la ausencia del mismo, ¿realmente tenéis miedo a que el mundo cambie?, los que os hacéis llamar socialistas, comunistas, revolucionarios, sabios o humanistas; ¿tenéis miedo?.

Peoples of Europe, rise up!
Un mundo, una revolución global

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[1] León Trotsky, La Revolución Permanente, edición Diario Público, España, 2009, p. 31


[3] El montaje de la represión de manifestantes en Libia con cazabombarderos . Nuevas mentiras para justificar la injerenCIA imperialista en el norte de África, http://antimperialista.blogia.com/2011/022301-el-montaje-de-la-represion-de-manifestantes-en-libia-con-cazabombarderos-.-nueva.php

[4] Jon Juanma, Revoluciones pacíficas, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=123019



[7] Alma Allende, Ghanoushi cae, la Qasba sigue en pie, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=123309

[8] León Trotsky, La Revolución Permanente, edición Diario Público, España, 2009

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